lero lero te contaré un cuento!!!


El Cuento a  continuación es de la autoría de un gran amigo y escritor peruano Momotaro, quien me ha enamorado desde el primer momento con la profundidad y sabiduría de cada historia  y sus personajes y como dice Él *dulcemente con la magia artística  les he llenado de color, aunque para mi  ha sido un honor dibujar a José Alfredo. además me  ha permitido en esta página públicar sus hermosas historias colmadas  de tanta sabiduría y amor para compartirlas con ustedes.
Gracias!!
C.L
* "Le has dado un rostro a José Alfredo, un rostro de esperanza como él mira la vida, con la inocencia propia de su edad, pero con la sabiduría que expresa, yo mismo no puedo saber que hará mañana, o que le sucederá de aquí a un tiempo, sé que crecerá, es  indudable, pero mientras tanto, nos acompañará y compartirá sus aventuras, contigo y conmigo, y por supuesto, con todos aquellos que los reciban como un amigo más. " Momotaro.
Los cuentos y Las ilustraciones a continuación han sido públicadas para  la revista de circulación mundial, Ciudad Nueva.

La sala es de color amarillo y en ella hay sofás cafés y una mesita de centro color celeste. A un costado hay un macetero azul y una planta llena de gris. El niño tiene verde y rojo en sus ropas y, con sus ojos negros, mira atentamente toda esta combinación de matices. Después de terminar su jugo de naranja, le pregunta a su hermano mayor que está trabajando en su computadora portátil color rosa:
-¿De qué color es la música?-
Su hermano José Martín lo mira a través de sus lentes de montura crema y le contesta:
-¿Porqué no se lo preguntas a José Manuel?- y sigue trabajando muy serio.
El niño (que se llama José Alfredo) va donde su hermano del medio que está en su cuarto pintado de color turquesa y le pregunta a gritos (porque no lo escucha por estar hablando por su celular magenta):
-¿DEEEE QUÉÉÉ COLORRR ESSS LAAA MÚÚÚSICA?-
El hermano del medio lo mira con sus ojos pardos bien abiertos y murmura algo sobre mamá y que lo deje tranquilo.
José Alfredo se dirige a la cocina donde está mamá con su delantal fucsia y le pregunta sobre la apariencia de la música. Ella comprueba que el pollo enrollado esté sujeto con los mondadientes púrpura y le dice:
-¿Porqué no juegas con tus témperas a que coloreas la música?, así tú mismo le das un color-
-Pero es que no servirá porque la música tienen su propio color y yo quiero saber cual es…-, mamá ya no escucha porque está terminando la salsa blanca para la cena.
El niño camina triste y pensativo. Se dirige al patio trasero de la casa y allí encuentra en su mecedora marrón a su abuelita.
-¿Qué te ocurre?-, le pregunta mientras le acaricia la cabeza de cabellos castaños. José Alfredo repite su pregunta por cuarta vez.
-¿Qué tipo de música?-, le pregunta a su vez la anciana.
-Cualquiera abuelita, la música debe tener un solo color-, contesta seriamente el niño.
-No es así. Si la música es romántica puede tener el color de un suspiro, si es alegre puede tener el color de una sonrisa, si es solemne puede tener el color del respeto y si es triste puede tener el color de una lágrima-, le dijo la anciana, mientras le sonreía.
-¡Nunca imaginé que la música pudiera tener tantos colores abuelita!-
-Así es Josecito, la música es como la vida y tiene siempre el color que nuestro corazón quiera darle-, contestó la anciana mientras se acomodaba para dormir una siesta.
José Alfredo hizo silencio para dejar descansar a su abuelita y sonriendo se fue a comunicarle a su hermano del medio que en ese instante la música para él tenía un color entre el rojo más brillante y el verde más claro.